Esto del blog ta cabrón, más cuando se te viene una operación de apéndice, seguido de mucha chamba y unas cuantas fiestas, pero bueno, entre tanto ocio, ya pude editar otras fotos de aquello de los trenes que subiré por acá tan pronto recuerde como...... ya recordé como. Bueno, acá están y pues ahora, tan pronto aprenda a usar lightroom, a ver que podemos retocarles. Bueno, un abrazo cordial a todos los que lean esto y no conozca, a quien sí conozca, pues nel, ya luego se los doy en persona.
A veces este asunto de los blog nos mete la cuestiòn de qué fotos subir. No importa mucho cuales, per sube más.
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Y ya criticando, porque no espero menos de usted, esta serie particular nos lleva a una cotidianeidad lejana. Cuando esponáneamente aparecen personas en alguna imagen, y mejor aún, esta última se vuelve referencia, los rostros de estos niños se vuelven un misterio para algunos que se preguntan quien fue, cómo llegó allí y mejor aun; ¿Donde est{a ahora? ¿Como creció? de quién se enamoró? La fotos tienen la capacidad de narrar todo aquello que no son. La foto no es mas que la similitud de dos niños en bicicleta, en un momento de sus existencias. Pero la foto no es nada de lo que fué antes y menos lo que será. Esa lectura es una lectura postlineas.
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